jueves, 11 de julio de 2013

La felicidad que llega sola es insignificante comparada con la que se va a buscar.


La suerte puede parecer generosa cuando la felicidad retoza en zapatos ajenos, ver feliz a alguien puede parecernos fortuna mal dirigida o exageración, sin embargo, nadie sabe la cantidad de Luz de quien alcanza una meta, salvo quien consigue un progreso cumpliendo su verdadera razón de ser. Cuando nos llueven bendiciones es preciso agradecer, valorar y compartir, de esa manera las gracias del creador nunca faltaran en el hogar, pero para encontrar el clímax de la felicidad es indispensable encontrar tu propósito, con ello sembraras tu semilla de ilusión, procuraras los medios para hacerla germinar y trabajaras arduamente para verla florecer. Recuerda que todos sonríen cuando encuentran lo que no han perdido, pero solo algunos conocen la dicha de encontrar lo que siempre han buscado. Hoy dale a tu vida un propósito!
Que Dios Nos Bendiga!

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