Es fácil apasionarse por algo que te gusta, que aprecias o que has aprendido a dominar, sin embargo es difícil sentir lo mismo cuando tienes que hacer algo nuevo que no has podido valorar o que por alguna razón se te dificulta. El espíritu aventurero y la pasión por desentrañar entuertos, resolver conflictos o aprender, puede ser la gota del elixir milagroso que todos necesitamos para transformar el plomo en oro. Hoy piensa en esa tarea que has dejado para el final, en la atención a esa persona difícil que tienes que confrontar y en la resolución del problema que no has querido tocar porque es preciso aprender algo nuevo y lánzate con pasión a afrontar el reto con la idea en la mente de que todo lo que atiendes con una meta clara, finalmente te convertirá en una más hábil y mejor versión de ti mismo. Quita piedras de tu espalda y da fuerza tus piernas para hacer del camino al éxito y la realización una aventura de todos los días.
Que Dios Nos Bendiga!
No hay comentarios:
Publicar un comentario