Si piensas que a la cumbre llegaras fresco, descansado, saludable y sin experimentar dolor, cambia de oficio, lo tuyo no es escalar montañas.
Es verdad que después de alcanzar la cima posiblemente encuentres fama fortuna y confort, pero eso no se disfruta sin un verdadero esfuerzo anterior.
Has sentido que el mundo pesa sobre tus extremidades?
Recuerdas momentos en los que tus proyectos se cancelan uno por uno y que el entusiasmo se agota y la esperanza se esconde? Recuerdas ese fracaso estrepitoso posterior a una lucha sin cuartel en la que perdiste por milímetros el esfuerzo de días y noches de desvelo? Has sentido que exprimes tu cuerpo, tu mente y tu espíritu hasta que las instrucciones de tu voluntad ya no son acatadas por tus manos, piernas y cerebro? Has sentido la impotencia de no poder dar a quien amas aquello que quiere y merece porque las circunstancias lo impiden? Si respondes afirmativamente a alguna de estas preguntas, vas en el camino correcto, pero si sientes que todas son ciertas en en este preciso momento, Animo! Estas a escasos metros de la cumbre.
Que Dios nos Bendiga!
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