Los días transcurren de los problemas a su solución y finalmente al sueño reparador. El equilibrio entre esfuerzo y reposo es fundamental para obtener provecho y cumplir. Alcanzar la plenitud demanda cerrar el proceso con mente y espíritu dispuestos para trabajar o descansar, si trabajas cansado, tu rendimiento bajará y si descansas pensando en tus líos, mañana no mejoraran. Cuando esta tendencia te atrape, la mejor manera de salir, radica en centrarte en la Luz, entonces los ángeles incansables te llevaran sin sufrir, sorteando toda clase de embrollos y trabajando por ti. No esperes verlos con alas y desnudos llegar, ellos estarán vestidos y dispuestos a trabajar, luciendo como siempre los sueles ver, hablando con familiaridad, usando simplemente tu nombre y tu el de ellos sin dudar, viendo su cara de siempre, amigos, esposa, hijos, hermanos, mamá o papá.
Que Dios nos Bendiga!
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