Hay una caja profunda y llena de compartimientos en la que quedan los recuerdos. Su tapa esta desgastada y vieja de tanto que se ha abierto y cerrado al pasar de los años, en ella encuentras sonrisas perdidas, historias y cuentos en los que alguna ves fuiste actor, los abrazos del pasado, alegres experiencias, grandes enseñanzas, y las lágrimas vertidas todas siguen ahí. Tantas veces buscando encontramos joyas que ahora pueden servir y a pesar del tiempo y su aparente abandono esas joyas preciosas siempre pueden brillar. Los lejanos recuerdos de penas y glorias te acompañan por siempre pero debes saber, que por grandes y bellas que parezcan las cosas en tiempos pasados no definen tu vida ni te dan más valor. Cuida bien lo que haces en el tiempo presente, pues es el único que existe y donde puedes crecer, da alegría a quien veas y pasión a lo que hagas y esas cosas valiosas siempre habrán de volver. Igualmente recuerda los amargos sabores que el pasado te dio, entonces ve con talento y esa amarga experiencia endulzara lo que hagas y digas a otros, dando a tus actos talento para sembrar semillas que al correr de los años poder recoger a manera de amigos o de bellos recuerdos que sin duda ninguna siempre te acompañarán.
Que Dios Nos Bendiga!
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